Carlos Correa
“FIERRO PUNTA” O “EL ASESINO”
publicado a las: 3:36 p.m.



“FIERRO PUNTA” O “EL ASESINO”

Es indiscutible el cuño folclórico del chamamé “Fierro punta”, ya que existen testimonios suficientes de que se trata de una composición tradicional, popular de autor anónimo y con absoluta vigencia. Por ello resulta imposible precisar su antigüedad, sólo se sabe que Mauricio Valenzuela lo registró más de medio siglo atrás.

Valenzuela, desaparecido bandoneonista pionero de la música regional de raigambre correntina, llegó a Buenos Aires en los comienzos de la década del 30, al frente de la legendaria “Tribu Goyana”.

Lo inscribió con el título “Fierro punta”, nombre con el cual se conoce desde entonces esta pieza. Y decimos desde entonces, porque con anterioridad también se la identificaba con otras denominaciones, como suele suceder con muchas composiciones populares, cuyos autores no pueden ser individualizados.

Es sugestivo que, por ejemplo, una de tales denominaciones fuera “El asesino”.

Hace poco, nos comentó Isaco Abitbol que ese chamamé figuraba en el repertorio del conjunto “Los hijos de Corrientes”, que dirigía Emilio Chamorro. Y, hasta alrededor de 1940, lo llamaban indistintamente con otras denominaciones y en ningún caso figuraba – al menos en el repertorio de ese conjunto – como “Fierro punta”, nombre éste que, en definitiva, fue el que se impuso, a partir del registro efectuado por Valenzuela.

Por largo tiempo, las autoridades prohibían que se lo tocase en algunos bailes, dado que encendía – y enciende – el ánimo de la gente, liberándola de cualquier atadura. En otros lugares, sólo estaba permitido ejecutarlo en los comienzos de la reunión, para animar a la concurrencia. Después, podía resultar peligroso hacerlo.

Tal vez, en ello se encuentre la explicación de que muchos lo identificasen también como otro “chamamé de la muerte”. Y, ciertamente, su melodía ambienta un clima de pelea, de duelo, de tragedia.

EN EL CORSO POSADEÑO

En los primeros años de la década del 40, era habitual que la comparsa del barrio La Picada, hiciese su entrada en el escenario del corso oficial posadeño, a los sones de este célebre chamamé.

La comparsa hacía su ingreso en el recorrido de las carnestolendas en la esquina de las calles Bolívar y Buenos Aires, frente a las desaparecidas despensa “Villafañe” y confitería “Diéguez”. Y allí mismo, el conjunto musical arremetía con “Fierro punta”.

Entre los ejecutantes, descollaba Teodoro Meza – conocido como “El Negro” Meza o “El Torito” – popular acordeonista chamamesero del posadeño barrio Rocamora, ya fallecido, y quien colaboraba con sus amigos “comparseros” de La Picada.

La pieza citada, con una melodía de por sí sugestiva y excitante, cobraba mayor brío aún en el acordeón de Meza. Entonces, solían registrarse movimientos inquietos entre el público – numerosos por cierto – ubicado en las adyacencias de la mencionada esquina posadeña. En tanto, se formulaban advertencias tales como “¡chake, ahí vienen los picaderos…!”.

La inquietud obedecía, seguramente, a la fama de pendencieros que se habían echado no pocos habitantes de La Picada. Como también, otros del Patotí, Villa Sarita o Villa Urquiza, barrios éstos igualmente tradicionales de la capital misionera, poblados por gente laboriosa pero que, a veces, planteaban sus rivalidades en el escenario del corso. De allí, la advertencia. Más que nada porque tales rivalidades – simples en su sustento, por otra parte – podrían verse incentivadas con “Fierro punta”.

EL MOTIVO

La música, con el apoyo del título que anticipa el motivo de la pieza, sube sostenidamente en intensidad emotiva, creando el ambiente de tragedia, con el refuerzo de una intencionada cuarteta en guaraní – y respecto de cuyo origen se carece también de precisión, aunque hay quienes atribuyen su autoría al poeta popular correntino Porfirio Zappa.

De allí que – se nos ocurre – no fuera apropiado “Punto riel”, otros de los nombres con el que se conocía a esta pieza. Más ajustado estuvo el título “El asesino”, o éste, el de “Fierro punta”, con el que se la conoce desde más de medio siglo atrás.

Este chamamé folclórico – como quiera que se hubiese denominado – disfruta de una amplia divulgación en el Nordeste. Pero, su cuna, indudablemente, se ubica en la campaña correntina. Desde allí, se irradió a toda el área.

No obstante, en su trabajo “Música regional y método”, el estudioso Dalmidio Alberto Baccay sostiene que Mauricio Valenzuela es el autor de “Fierro punta”.

Subraya Baccay que esta composición, al igual que tantas otras creaciones, “ha penetrado hondamente en el sentimiento popular; sin embargo, la melodía sufre el proceso de colectivización e injustamente el nombre del autor se olvida. Pero, dicho sea en su homenaje (de Valenzuela), deja aquella vibración del espíritu que un momento dado arrancó a la comunidad, para devolverla en su seno con esa fuerza interior que lo impulsa a reflejar aspectos esenciales de la vida espiritual de un pueblo o de una región”.

A pesar de ello, se mantiene la convicción de que se trata de un tema netamente folclórico, esto es, popular, tradicional y de autor anónimo. Así, figura en diversos testimonios y grabaciones, en los cuales, sí, se adjudica a Valenzuela el hecho de haberlo recopilado.

Con esto no se pretende desmerecer la labor – encomiable, por cierto – del desaparecido bandoneonista, uno de los primeros en llevar el chamamé a Buenos Aires. Estos hechos y, asimismo, su tarea de rescate de distintas composiciones folclóricas, constituyen las principales facetas de valioso aporte de quien fuera, además, destacado ejecutante.

CARLOS CORREA

18 de Abril de 1993 – Diario El Territorio

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1/09/1982: Conferencia "El Sindicalismo Argentino". Carlos Correa.
Quién es Carlos Correa
Nació en Posadas cuando en la Catedral daban las doce campanadas de un mediodía del mes de Noviembre de 1939.
Fueron tantas las actividades que desarrolló que resulta muy difícil resumirlas: periodista, sindicalista, militante político, docente, etc. Pero sobre todo, un profundo conocedor de su región misionera, sus costumbres, su música, sus bailes, es decir, de la cultura regional en sus distintas manifestaciones.
Después de tanta lucha, partió a "la Tierra sin mal" el 28 de Marzo de 2012, dejando una huella trascendente en nuestra historia.
Los aportes que brindó con sus conocimientos, pero sobre todo con su gran humanismo, me impulsan a crear esta página para transcribir -en parte- sus notas publicadas, la mayoría en "El Territorio" de Posadas, con el propósito de que les sea útil a quien las necesite, pues siempre fue muy altruista y generoso en enseñar lo que sabía.

Alba
Los cuarenta años de amor que vivimos en pareja con Carlos Correa, tantas actividades que encaramos juntos, la amistad y comunión de ideales que nos unieron me impulsan a concretar este sueño de compartir con los demás, aunque más no sea, una parte de su saber. Alba Rosabel Melo.

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