NÉLIDA ARGENTINA ZENÓN

CANTO AL HOMBRE Y SU PAISAJE

En noviembre del año pasado, el público de Apóstoles tuvo oportunidad de escuchar a Nélida Argentina Zenón, quien se presentó en una de las rondas del festival cumplido en el marco de la Fiesta Nacional de la Yerba Mate 1980. Entonces, hacía alrededor de quince años que no actuaba en un escenario misionero, desde que lo hizo en el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez, en una de las primeras ediciones del Festival de la Música del Litoral.

En aquella primera ocasión – como en esta última – impactó al numeroso público del coliseo posadeño con su voz de profundo contenido folklórico, en la interpretación de temas igualmente de indiscutida raigambre telúrica. Uno de éstos era, precisamente de su autoría “Mate Cosido”, el que se popularizó, manteniendo su vigencia hasta el presente.

Por esa época, asimismo, se conocieron algunas grabaciones suyas, así como las que de sus obras realizaron otros intérpretes. También, se sabía de sus actuaciones en el anfiteatro Genaro Berón de Astrada, de Santo Tomé, durante varios de los primeros años del Festival Provincial del Folklore Correntino.

Pero, más tarde, cayó un manto de silencio sobre su tarea o, al menos, ésta no logró toda la divulgación que merece con estricta justicia.

No obstante, tras su retorno hace algunos años al escenario santotomeño, Nélida Zenón volvió a emerger por medio de un disco “larga duración” que, a escasas semanas de haber sido editado en Rosario, se agotó totalmente, lo que obligó a sucesivas reimpresiones.

Después, el misionero Luis Ángel Monzón la acompañó en distintos lugares, tanto en la Capital Federal como en Rosario o en Apóstoles, e, incluso, la llamó para grabar un “larga duración”. En todos estos casos, la citada cancionista ratificó las condiciones, las aptitudes que ya hacia mediados de la década del 60 había valorado el público posadeño.

SUS COMIENZOS

Nélida Argentina Zenón nació en la localidad correntina de Gobernador Martínez, situada en el departamento General Lavalle y a unos 50 kilómetros de Goya. Allí, cuando ejercía el magisterio, ya era conocida por sus relevantes condiciones de vocalista y creadora.

De allí, también, salió en 1964 para dirigirse a Cosquín, integrando la delegación oficial de la provincia de Corrientes que concurrió a la cuarta versión del Festival Nacional del Folklore.

Fue el año en que resultaron distinguidos Mercedes Sosa, Luis Landriscina y Jovita Díaz. Por su parte, Nélida Zenón volvió con una mención especial para su provincia.

Tal galardón constituyó un espaldarazo que le abrió el camino en busca del éxito definitivo, búsqueda en la cual ella puso una gran dosis de esfuerzo personal. Todo llevaba a esperar que su nombre se consolidaría en la cartelera de los artistas nacionales y no sólo de la región. Máxime si se considera que en esa cartelera suelen figurar tantos otros intérpretes calificados como mediocres, sin ninguna duda, y que nada aportan en definitiva.

LAS ESENCIAS

En cambio, nadie puede cuestionar a Nélida por su falta de aportes. Sus creaciones demuestran una inquietud permanente, una preocupación por reflejar personas de su tierra, pero no quitarlos de su medio, sino inmersos, metidos en su “hábitat”.

Así, hombre y paisaje se conjugan, con sus penas, alegrías y sueños, en cada chamamé de esta creadora.

Para ejemplo, están “Don Pilar”, “Canto tape”, “A San Baltazar” o “Mi noche”, sin olvidar ese relato de las andanzas del popular bandolero cuyo seudónimo Mate Cosido habría derivado de una cicatriz que tenía en la parte superior de la frente (es decir, porque tenía “cosido el mate”) y no de la tradicional infusión, como podría suponerse. Además, de haberse basado en esto último sería “cocido” con “c”.

Vale apuntar que no pocas composiciones, “Canto tape” es una de ellas, pertenecen a Nélida y a Rodolfo Aldo Ariza, con quien, asimismo, comparte la responsabilidad de conducir audiciones radiales por LT 24 Radio San Nicolás, de la ciudad bonaerense de este nombre.

Es de esperar que continúe esto que para quienes – como nosotros – no tuvieron ocasión de escucharla durante un buen tiempo, sería una nueva etapa en la trayectoria de Zenón. Claro está que ello se refiere nada más que a la necesidad de que se difundan sus temas con mayor asiduidad.

Porque las condiciones de Nélida están fuera de toda discusión. Sólo que no siempre van de la mano la aceptación de que goza un artista determinado por parte del público y su propio éxito comercial. Otras veces, tal éxito comercial es logrado a través de la imposición al público. En tanto, Nélida ha obtenido, reiteradamente, la aceptación del público.

Por todo ello es que esta intérprete ha de tener la seguridad de que transita el camino más acertado.

“Para que el folklore no sucumba es necesario descubrirlo y revelarlo en sus esencias”, ha dicho en alguna ocasión la poetisa, investigadora y compositora Leda Valladares. A su vez, el poeta y agudo observador Franklin Rúveda sostiene que “el pueblo no acepta tutores; sólo incorpora a su seno, recreadores, desdoblamientos interpretativos de su alma”. Son, sin duda, dos conceptos que definen la labor artística de Nélida Argentina Zenón.

CARLOS CORREA

08 de marzo de 1981 – Diario El Territorio.

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