“LAMENTO CORRENTINO”
publicado a las: 12:46 p.m.
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Música regional
“LAMENTO CORRENTINO”
“Lamento correntino” es un tema popular, de autor anónimo, rescatado más de cuarenta años atrás por Emilio Chamorro, aquel recordado pionero de la música regional fallecido hace ya bastante tiempo y en cuyo conjunto militaron quienes serían después nombres fundamentales en el género: Mario del Tránsito Cocomarola, Isaco Abitbol, Ernesto Montiel, Tarragó Ros y otros intérpretes igualmente importante. También, integró ese grupo el destacado letrista, ya desaparecido, Luis Acosta, quien se presentaba con el calificativo de “poeta-recitador”.
La composición citada refiere el drama de un paisano radicado en algún paraje cercano al arroyo Tuyutí, en el departamento de Itatí, Corrientes cuya vivienda es atacada por indios que para algunos investigadores procedían del Chaco, hace cien años por lo menos (lo que puede hablar a favor de la antigüedad del tema).
El paisano queda gravemente herido y su mujer es llevada en cautiverio por los aborígenes, pero aquél anuncia su propósito de “jugar la vida”, incluso, para salvar a su “cuñataí”.
La letra de este tema, cuya música es adecuada al motivo, es la siguiente:
Allá bajito, muy lejos
Tras la colina del Tuyutí,
Un correntino, de rodillas,
Junto a la Virgen cantaba así,
Con tierna voz lastimera,
Las tristes coplas que canto aquí:
Ay, ay, ay, ay, llora el yaguá
Porque siente que sobre el rancho
Todas las noches canta el suindá.
Era una noche de invierno
Cuando la indiada me la robó
Atada de pies y manos
Un indio fiero me la llevó
Y me incendiaron el rancho,
Y muy herido caía yo.
Ay, ay, ay, ay, por la Itatí
Me voy a jugar la vida para salvar mi cuñataí.
La vieja bruja del pago
La misma noche me lo decía
Que el indio Yaguareté
Aprisionada me la tenía
Atada de pies y manos
Junto al palenque, en su toldería.
Ay, ay, ay, ay, pobre cambá,
Si estará llorando a gritos
Como en mi rancho llora el yaguá.
ARREGLOS
Como se desprende del texto, el comienzo sugiere la posibilidad de que se trate de un “compuesto”, que es la forma de expresión que utilizaban los antiguos cantores populares para cronicar algún suceso de interés, al modo de los juglares de la Edad Media que recorrían los pueblos de Europa informando de lo que había acontecido en otros lugares.
Brinda asidero a esa suposición el hecho de que en los primeros versos el cantor se limita a ambientar el suceso, a ubicarlo geográficamente y a presentar al protagonista del drama, el que, a partir de allí, desarrolla el relato en primera persona.
Sin embargo, hay algunas cuestiones adicionales para tener en cuenta en el análisis. En primer término, es más que probable que la música y la letra hayan sido elaborados en forma simultánea. De otro modo, no se explica que el título, por sí solo, no sea suficiente para ayudar a comprender el motivo, a diferencia de “La caú”, “Fierro punta” o “La llorona”, que si lo sugieren, como es común, por otra parte, en la música popular en general tal el caso de la zamba “La cuartelera”, por ejemplo. Por consiguiente, ese título, es decir, “Lamento correntino” necesitaba de una letra que lo apoyara, para la comprensión del auditorio.
Además, se trata de un relato basado en un suceso concreto. Por lo tanto, si la melodía fue recopilada (por Emilio Chamorro), como se explica, en caso de que alguien la escribiera mucho tiempo después, que el texto refiriera tal acontecimiento con tanta precisión.
No obstante, parece incuestionable que Luis Acosta – aquel letrista prominente de la música regional – le impuso ciertos arreglos al texto original, a fin de adaptarlo mejor, seguramente, a la forma musical. Solamente así, o sea, en virtud de los arreglos efectuados por Acosta, se comprende la presencia de los pronombres “me”, “la” y “lo” (me-la o me-lo) para una construcción gramatical que no es usual en el habla del correntino.
Por otra parte, tampoco es fácil probar, pese a ciertas opiniones, que los aborígenes que perpetraron el ataque hubieran procedido del Chaco, máxime que el nombre del indio, Yaguareté, es del más puro guaraní. Tal vez, el hecho original que fue “un” indio se llevó la mujer del paisano y el relator transformó a aquél, más tarde, en “la indiada”. Todo esto, en modo alguno invalida la antigüedad de la pieza.
En fin, son reflexiones para tener en cuenta, sin olvidar que “Lamento correntino” es otra de las composiciones que hablan de la auténtica raíz popular de la música regional nacida en Corrientes y expandida a todo el Nordeste.
CARLOS CORREA
30 de Noviembre de 1980 – Diario El Territorio
Tras la colina del Tuyutí,
Un correntino, de rodillas,
Junto a la Virgen cantaba así,
Con tierna voz lastimera,
Las tristes coplas que canto aquí:
Ay, ay, ay, ay, llora el yaguá
Porque siente que sobre el rancho
Todas las noches canta el suindá.
Era una noche de invierno
Cuando la indiada me la robó
Atada de pies y manos
Un indio fiero me la llevó
Y me incendiaron el rancho,
Y muy herido caía yo.
Ay, ay, ay, ay, por la Itatí
Me voy a jugar la vida para salvar mi cuñataí.
La vieja bruja del pago
La misma noche me lo decía
Que el indio Yaguareté
Aprisionada me la tenía
Atada de pies y manos
Junto al palenque, en su toldería.
Ay, ay, ay, ay, pobre cambá,
Si estará llorando a gritos
Como en mi rancho llora el yaguá.
ARREGLOS
Como se desprende del texto, el comienzo sugiere la posibilidad de que se trate de un “compuesto”, que es la forma de expresión que utilizaban los antiguos cantores populares para cronicar algún suceso de interés, al modo de los juglares de la Edad Media que recorrían los pueblos de Europa informando de lo que había acontecido en otros lugares.
Brinda asidero a esa suposición el hecho de que en los primeros versos el cantor se limita a ambientar el suceso, a ubicarlo geográficamente y a presentar al protagonista del drama, el que, a partir de allí, desarrolla el relato en primera persona.
Sin embargo, hay algunas cuestiones adicionales para tener en cuenta en el análisis. En primer término, es más que probable que la música y la letra hayan sido elaborados en forma simultánea. De otro modo, no se explica que el título, por sí solo, no sea suficiente para ayudar a comprender el motivo, a diferencia de “La caú”, “Fierro punta” o “La llorona”, que si lo sugieren, como es común, por otra parte, en la música popular en general tal el caso de la zamba “La cuartelera”, por ejemplo. Por consiguiente, ese título, es decir, “Lamento correntino” necesitaba de una letra que lo apoyara, para la comprensión del auditorio.
Además, se trata de un relato basado en un suceso concreto. Por lo tanto, si la melodía fue recopilada (por Emilio Chamorro), como se explica, en caso de que alguien la escribiera mucho tiempo después, que el texto refiriera tal acontecimiento con tanta precisión.
No obstante, parece incuestionable que Luis Acosta – aquel letrista prominente de la música regional – le impuso ciertos arreglos al texto original, a fin de adaptarlo mejor, seguramente, a la forma musical. Solamente así, o sea, en virtud de los arreglos efectuados por Acosta, se comprende la presencia de los pronombres “me”, “la” y “lo” (me-la o me-lo) para una construcción gramatical que no es usual en el habla del correntino.
Por otra parte, tampoco es fácil probar, pese a ciertas opiniones, que los aborígenes que perpetraron el ataque hubieran procedido del Chaco, máxime que el nombre del indio, Yaguareté, es del más puro guaraní. Tal vez, el hecho original que fue “un” indio se llevó la mujer del paisano y el relator transformó a aquél, más tarde, en “la indiada”. Todo esto, en modo alguno invalida la antigüedad de la pieza.
En fin, son reflexiones para tener en cuenta, sin olvidar que “Lamento correntino” es otra de las composiciones que hablan de la auténtica raíz popular de la música regional nacida en Corrientes y expandida a todo el Nordeste.
CARLOS CORREA
30 de Noviembre de 1980 – Diario El Territorio
Etiquetas: MÚSICA REGIONAL
