“LA LLORONA”: ¿LA PLAÑIDERA O EL ACORDEÓN?
publicado a las: 11:32 a.m.
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“LA LLORONA”:
¿LA PLAÑIDERA O EL ACORDEÓN?
“La llorona” – ya se ha dicho – es otra de las piezas folklóricas del período histórico de la música regional denominado “de la creación anónima”, que mantiene absoluta vigencia en la actualidad. Su versión primitiva es puramente instrumental y ha sido calificada como “polca correntina”.
No obstante, a raíz de que, más tarde, se le agregara letra y que quien lo hiciera fuese una persona conocida, se llegó a crear cierta confusión en torno de la autoría de esta composición que, junto con “El carau”, “La caú” y “Fierro punta”, conforma ese grupo de temas que constituyen las más auténticas expresiones folklóricas del Nordeste argentino, que han alcanzado mayor divulgación.
A pesar de la apuntada confusión, investigadores e intérpretes de prestigio se han inclinado por considerar a “La llorona” como motivo popular, de autor anónimo, es decir, no identificado. Y tal es la opinión que se respeta en el presente artículo, con el agregado como es habitual desde el comienzo de esta serie – de reflexiones y datos recogidos por quien esto escribe, sustentados fundamentalmente, en la tradición oral.
EL MOTIVO
De primera intención, resulta casi imposible sustraerse al propósito de establecer en las clásicas “lloronas” de velorios y entierros, el motivo de esta obra de la creatividad popular. Es muy probable que haya sido así, dado que, aparte de que la música sugiere una suerte de lamento en algunos pasajes, es sabido que el oficio de “llorona” se inscribía entre las costumbres de los pueblos, desde mucho antes de la era cristiana.
Se trataba de aquella mujer – también llamada “plañidera” – que por una paga lloraba en las ceremonias funerales. Sus antecedentes son remotos y es indiscutible que tal función – como se indica más arriba – ha sido común a la amplia mayoría de los pueblos de la antigüedad.
Su presencia, por ejemplo, está probada entre los hebreos, griegos y romanos, como que la registran crónicas y obras literarias de la época.
El Nordeste argentino no escapó a esa costumbre prácticamente universal, cuya continuidad, en el presente, estaría dada por las “rezadoras” que organizan y dirigen el culto en velorios y entierros.
¿O EL ACORDEÓN?
Pero por otra parte, no es descabellado suponer que el anónimo artista popular se haya inspirado en el acordeón para componer el tema e imponerle el nombre.
¿Cómo el acordeón puede ser “llorona” en vez de “llorón”, como corresponde a su género? No hay que olvidar que el paisano dice “cordiona”, habiendo feminizado el nombre de este tradicional instrumento, cuya versión de dos hileras de botones y ocho bajos (voces de acero) constituía uno de los más preciados instrumentos del intérprete popular de la región. (Comúnmente, el acordeón de tales características recibe el calificativo de “verdulera”, aunque ciertos investigadores del folklore aseguran que, en realidad, ese calificativo estuvo destinado a otro acordeón, más rudimentario aún, ya que disponía de una sola hilera).
La auténtica expresión musical – no la comercial o la que se elabora “por encargo” – refleja el estado de ánimo de su autor, su optimismo o su pesimismo, sus dichas o desdichas, dramas íntimos o del entorno social. Entonces, en el caso particular de la música regional, su “cordiona” se vuelve algo “llorona” cuando tiene que transmitir su tristeza o sus quejas.
No habrá sido en vano que el desaparecido poeta popular correntino Porfirio Zappa, profundo conocedor de las costumbres de su provincia, tuvo en cuenta ese aspecto, cuando escribió las coplas, agregadas a “La llorona”, que se transcriben a continuación:
Correntino tu cordiona
va queriendo sollozar
no toqués más “La llorona”
que pronto vas a llorar.
La moza que empezó amando,
con esta música al son
pasa la vida llorando,
por cosas del corazón.
Siempre quiere al musicante
“La llorona” contagiar
a esta polca no la cantes
que te puede engualichar.
Un mocito enamorado,
con esta nota cantó
y al quedar como curado
toda la vida lloró.
Llorona sin ser amada
se hizo música y canción
por eso es que en las ramadas
llora y llora el acordeón.
Llorona por su destino,
es tonada popular
no la cantes correntino,
que te puede engualichar.
Esta letra no tuvo mucha divulgación, aunque el trío de Mauricio Valenzuela con la voz de Pedro De Ciervi, la incluyó en su grabación realizada el 25 de julio de 1945, y hace algunos años hicieron lo propio, en forma conjunta, Tarragó Ros y Ramona Galarza. Otros intérpretes prefirieron ajustarse a la versión original, sin texto.
A título ilustrativo, cabe apuntar que el mismo Zappa escribió, por ejemplo, esta copla para el chamamé “Por qué te fuiste”: ¿Quieres que te cuente / por qué mi cordiona/ cada vez que la toco/ está medio llorona?”.
Por consiguiente, habría que profundizar la investigación sobre los orígenes del tema. Pero como fuese, aunque el motivo de inspiración haya sido la “plañidera” o el acordeón, se trata de una composición de indiscutible cuño folklórico.
CARLOS CORREA
19 de Octubre de 1980 – Diario El Territorio
Etiquetas: MÚSICA REGIONAL
