Carlos Correa
“LA LLORONA”: ¿LA PLAÑIDERA O EL ACORDEÓN?
publicado a las: 11:32 a.m.



“LA LLORONA”:

¿LA PLAÑIDERA O EL ACORDEÓN?

“La llorona” – ya se ha dicho – es otra de las piezas folklóricas del período histórico de la música regional denominado “de la creación anónima”, que mantiene absoluta vigencia en la actualidad. Su versión primitiva es puramente instrumental y ha sido calificada como “polca correntina”.

No obstante, a raíz de que, más tarde, se le agregara letra y que quien lo hiciera fuese una persona conocida, se llegó a crear cierta confusión en torno de la autoría de esta composición que, junto con “El carau”, “La caú” y “Fierro punta”, conforma ese grupo de temas que constituyen las más auténticas expresiones folklóricas del Nordeste argentino, que han alcanzado mayor divulgación.

A pesar de la apuntada confusión, investigadores e intérpretes de prestigio se han inclinado por considerar a “La llorona” como motivo popular, de autor anónimo, es decir, no identificado. Y tal es la opinión que se respeta en el presente artículo, con el agregado como es habitual desde el comienzo de esta serie – de reflexiones y datos recogidos por quien esto escribe, sustentados fundamentalmente, en la tradición oral.

EL MOTIVO

De primera intención, resulta casi imposible sustraerse al propósito de establecer en las clásicas “lloronas” de velorios y entierros, el motivo de esta obra de la creatividad popular. Es muy probable que haya sido así, dado que, aparte de que la música sugiere una suerte de lamento en algunos pasajes, es sabido que el oficio de “llorona” se inscribía entre las costumbres de los pueblos, desde mucho antes de la era cristiana.

Se trataba de aquella mujer – también llamada “plañidera” – que por una paga lloraba en las ceremonias funerales. Sus antecedentes son remotos y es indiscutible que tal función – como se indica más arriba – ha sido común a la amplia mayoría de los pueblos de la antigüedad.

Su presencia, por ejemplo, está probada entre los hebreos, griegos y romanos, como que la registran crónicas y obras literarias de la época.

El Nordeste argentino no escapó a esa costumbre prácticamente universal, cuya continuidad, en el presente, estaría dada por las “rezadoras” que organizan y dirigen el culto en velorios y entierros.

¿O EL ACORDEÓN?

Pero por otra parte, no es descabellado suponer que el anónimo artista popular se haya inspirado en el acordeón para componer el tema e imponerle el nombre.

¿Cómo el acordeón puede ser “llorona” en vez de “llorón”, como corresponde a su género? No hay que olvidar que el paisano dice “cordiona”, habiendo feminizado el nombre de este tradicional instrumento, cuya versión de dos hileras de botones y ocho bajos (voces de acero) constituía uno de los más preciados instrumentos del intérprete popular de la región. (Comúnmente, el acordeón de tales características recibe el calificativo de “verdulera”, aunque ciertos investigadores del folklore aseguran que, en realidad, ese calificativo estuvo destinado a otro acordeón, más rudimentario aún, ya que disponía de una sola hilera).

La auténtica expresión musical – no la comercial o la que se elabora “por encargo” – refleja el estado de ánimo de su autor, su optimismo o su pesimismo, sus dichas o desdichas, dramas íntimos o del entorno social. Entonces, en el caso particular de la música regional, su “cordiona” se vuelve algo “llorona” cuando tiene que transmitir su tristeza o sus quejas.

No habrá sido en vano que el desaparecido poeta popular correntino Porfirio Zappa, profundo conocedor de las costumbres de su provincia, tuvo en cuenta ese aspecto, cuando escribió las coplas, agregadas a “La llorona”, que se transcriben a continuación:

Correntino tu cordiona

va queriendo sollozar

no toqués más “La llorona”

que pronto vas a llorar.

La moza que empezó amando,

con esta música al son

pasa la vida llorando,

por cosas del corazón.

Siempre quiere al musicante

“La llorona” contagiar

a esta polca no la cantes

que te puede engualichar.

Un mocito enamorado,

con esta nota cantó

y al quedar como curado

toda la vida lloró.

Llorona sin ser amada

se hizo música y canción

por eso es que en las ramadas

llora y llora el acordeón.

Llorona por su destino,

es tonada popular

no la cantes correntino,

que te puede engualichar.

Esta letra no tuvo mucha divulgación, aunque el trío de Mauricio Valenzuela con la voz de Pedro De Ciervi, la incluyó en su grabación realizada el 25 de julio de 1945, y hace algunos años hicieron lo propio, en forma conjunta, Tarragó Ros y Ramona Galarza. Otros intérpretes prefirieron ajustarse a la versión original, sin texto.

A título ilustrativo, cabe apuntar que el mismo Zappa escribió, por ejemplo, esta copla para el chamamé “Por qué te fuiste”: ¿Quieres que te cuente / por qué mi cordiona/ cada vez que la toco/ está medio llorona?”.

Por consiguiente, habría que profundizar la investigación sobre los orígenes del tema. Pero como fuese, aunque el motivo de inspiración haya sido la “plañidera” o el acordeón, se trata de una composición de indiscutible cuño folklórico.

CARLOS CORREA

19 de Octubre de 1980 – Diario El Territorio

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1/09/1982: Conferencia "El Sindicalismo Argentino". Carlos Correa.
Quién es Carlos Correa
Nació en Posadas cuando en la Catedral daban las doce campanadas de un mediodía del mes de Noviembre de 1939.
Fueron tantas las actividades que desarrolló que resulta muy difícil resumirlas: periodista, sindicalista, militante político, docente, etc. Pero sobre todo, un profundo conocedor de su región misionera, sus costumbres, su música, sus bailes, es decir, de la cultura regional en sus distintas manifestaciones.
Después de tanta lucha, partió a "la Tierra sin mal" el 28 de Marzo de 2012, dejando una huella trascendente en nuestra historia.
Los aportes que brindó con sus conocimientos, pero sobre todo con su gran humanismo, me impulsan a crear esta página para transcribir -en parte- sus notas publicadas, la mayoría en "El Territorio" de Posadas, con el propósito de que les sea útil a quien las necesite, pues siempre fue muy altruista y generoso en enseñar lo que sabía.

Alba
Los cuarenta años de amor que vivimos en pareja con Carlos Correa, tantas actividades que encaramos juntos, la amistad y comunión de ideales que nos unieron me impulsan a concretar este sueño de compartir con los demás, aunque más no sea, una parte de su saber. Alba Rosabel Melo.

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