MISIONES EN LA REVOLUCIÓN CORRENTINA DE 1878
publicado a las: 12:44 p.m.
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MISIONES EN LA REVOLUCIÓN CORRENTINA DE 1878
por Carlos Correa
“Todo esto hace presumir que alguna grave razón determinó que durante nueve meses Trinchera de San José careciera de gobierno municipal constituido”, apunta Lucas Braulio Areco en su “Documentación histórica de Posadas”. Se refiere al período diciembre de 1877 – agosto de 1878, del cual no existen registros en el libro de actas del Consejo Municipal del pueblo que poco después se le impondría el nombre de Posadas.
Con ese dato se consultaron otras fuentes y se concluyó en que la “grave razón” fue el movimiento revolucionario que conmovió en dicho lapso a Corrientes (a la cual estaba anexado el actual territorio de Misiones): La causa inmediata de este episodio que en la historia correntina se conoce como “la revolución de 1878”, fueron unos comicios de resultas de los cuales surgieron dos colegios electorales que, por ende, consagraron dos fórmulas gubernativas.
TRINCHERA DE SAN JOSÉ SIN GOBIERNO
Entre Diciembre de 1877 y agosto de 1878, el entonces departamento Candelaria estuvo envuelto en la anarquía y la población misionera vivió jornadas de pesadilla. Partidarios de autonomistas o liberales correntinos – fracciones políticas a la sazón enfrentadas – recorrían el hoy territorio de Misiones, amenazando con el exterminio a quienes no les manifestaran adhesión. Muchos optaron por huir al Paraguay, en tanto Trinchera de San José – cabecera del departamento – carecía de gobierno municipal constituido.
Sucedió que el clima político de Corrientes se había enrarecido completamente a fines de 1877, con la instalación de dos colegios electorales que respondían a cada uno de los partidos que dominaban el escenario cívico provincial. En diciembre de ese año, uno de dichos colegios, dominado por los autonomistas – o “colorados” - , consagró la fórmula gubernativa encabezada por Manuel Derqui, a quien acompañaba como vice-gobernador Wenceslao Fernández. En cambio, la otra junta electoral, manejada por los liberales – o “azules” -, designó a Felipe J. Cabral y Juan Esteban Martínez, respectivamente.
La situación hizo crisis y se transformó en enfrentamiento armado, en febrero de 1878 y, con intermitencias, las acciones se extendieron hasta fines de julio de ese año, en que culminaron con el triunfo de quienes sostenían a Cabral y Martínez, triunfo ratificado luego por la vía constitucional.
SE OLVIDARON DE FIRMAR
La conmoción por los sucesos que se vivían en Corrientes, fueron de una profundidad tal, que en un sitio distante como Trinchera de San José (hoy Posadas) el Consejo Municipal quedó acéfalo tal vez no por renuncia de sus miembros, sino por la propia dinámica de los acontecimientos revolucionarios.
Inclusive, pareciera que ni siquiera hubiera habido tiempo para que los ediles refrendasen el acta de la sesión extraordinaria realizada por el Consejo Municipal, el 2 de diciembre de 1877, que, por lo tanto, quedó sin firma.
DESARROLLO DE LOS SUCESOS
En los sucesos revolucionarios de 1878, el juez de Paz de Trinchera de San José, Ramón Lotero, respondía al partido Autonomista, fracción política del doctor Manuel Derqui. Precisamente, Lotero había sido consagrado elector de gobernador, en contra de expresas disposiciones constitucionales, circunstancia que se trató de atenuar con la renuncia a la judicatura, lo cual, sin embargo, no fue aceptada por sus partidarios.
Por orden de Derqui, Lotero – quien como juez de Paz, tenía a su disposición la fuerza policial – formó un batallón y acampó a media legua de Trinchera de San José. Pero, ese cuerpo se sublevó y se plegó a los liberales, ante el solo anuncio de la llegada de fuerzas de este signo partidario, procedentes de Santo Tomé, San Carlos y San Javier.
Previsor, Lotero había cruzado antes a Encarnación, “so pretexto de preparar la defensa del pueblo” Trinchera de San José, dice el historiador Manuel Florencio Mantilla.
No obstante, el arribo de las fuerzas adictas al partido Liberal tuvo lugar en febrero de 1878. Hasta entonces, y desde diciembre del año anterior, las autoridades misionera – que adherían a Derqui – cometieron todo tipo de arbitrariedades en perjuicio de sus opositores.
En la capital correntina, en tanto, la situación era confusa ya que, en la práctica, hubo primero dos gobiernos constituidos. Luego, La Nación intentó mediar designando a los ministros de Justicia, Culto e Instrucción Pública, José María Gutiérrez, y de Hacienda, Victorino de la Plaza, en “misión conciliadora”, si bien sus propuestas giraban en torno del gobierno de Derqui.
De la Plaza (quien sería vicepresidente de la República en la Presidencia de Roque Sáenz Peña y lo sucedería a la muerte de éste en la más alta magistratura hasta completar el mandato en 1916) fue nombrado el 20 de febrero de 1878 al frente de la intervención federal en la provincia de Corrientes.
En Misiones se destacaron dos figuras del autonomismo, o sea, de Derqui: Antonio B. Gallino, quien fue concejal en Trinchera en un par de períodos, y el comandante Manuel Serapio Sánchez, designado por De la Plaza para “pacificar” el departamento Candelaria. Doce años más tarde, Gallino llegaría a ocupar la Gobernación de Corrientes, durante otra época de turbulencia política.
Sánchez recibió instrucciones precisas de sus mandantes: no dejar con vida a ningún “salvaje rebelde” (es decir, liberal), y se esmeró en cumplirlas acabadamente. Para ello recorrió la campaña del Alto Paraná, logrando su virtual despoblación, ya que sus habitantes optaron por huir al Paraguay.
RETROCESO AUTONOMISTA
Sin embargo, unos meses más adelante, la causa de Derqui sufrió un rudo golpe, con el relevo de De la Plaza y su reemplazo por el coronel José I. Arias como interventor federal.
Con todo, Derqui no dejaba de instruir a Gallino y Lotero para que simulasen acatar las disposiciones de Arias, mientras aguardaban las directivas de aquél, que se seguía considerando titular del gobierno legítimo.
Pero, a poco de andar, y tras un comienzo de gestión auspicioso, Arias cayó en el otro extremo. Y con la designación de Federico Gauna como jefe político de Candelaria, los perseguidos de ayer fueron los perseguidores de hoy, y viceversa.
Por esos días, escribía Carlos Bosetti que el nombramiento de Gauna “ha producido una animación tal, a los enemigos del gobierno (de Derqui) que se creyeron dueños de vidas y haciendas de los que obedecen a las órdenes del gobierno”. Además, tales “enemigos del gobierno” o “anarquistas” se “lanzaron muy pronto a consumar los hechos que hace tantos días amenazaban e incendiaron dos establecimientos del señor Antonio B. Gallino, reduciéndolos a cenizas”.
Bosetti identificaba a gente que “está al servicio del nuevo jefe político” como la autora de tales atropellos, en tanto consignaba que “grandes partidas recorren la campaña amenazando exterminio a los que no son de su partido”.
VICTORIA LIBERAL
La pacificación vendría como corolario de una serie de confusas situaciones y recién después que los revolucionarios, esto es, las fuerzas liberales, ocuparan la capital correntina, lo que ocurrió el 30 de julio de 1878.
Esa noticia llegó a Trinchera el 6 de agosto y, poco después, fueron designadas nuevas autoridades departamentales. Inclusive, el comandante José Joaquín Sosa fue nombrado nuevo jefe militar de Candelaria, con lo cual volvió la tranquilidad a la zona de Misiones.
Y el 23 del mismo mes, se reanudó la actividad en la Municipalidad de Trinchera de San José, luego de nueve meses de receso forzado por un violento período – de tantos – que conmovió a Corrientes. También, sería el último en el que se vería envuelta la zona de Misiones, como parte de la vecina provincia.
Fuentes consultadas
. “Documentación histórica de Posadas”, de Lucas Braulio Areco.
. “Un momento en la historia de Misiones”, de Federico Palma.
. “Crónica histórica de la provincia de Corrientes”, de Manuel Florencio Mantilla.
CARLOS CORREA
26 de enero de 1992 – Diario El Territorio.
Etiquetas: HISTORIA REGIONAL
