Carlos Correa
LA NUEVA ETAPA
publicado a las: 12:42 p.m.



LA NUEVA ETAPA

Hacia 1930 la música chamamesera había recorrido ya un largo camino, desde sus remotos orígenes, en la etapa de gestación, en que confluyeron diversos aspectos que enriquecieron la raíz guaranítica, hasta su consolidación en la segunda mitad del siglo pasado, en la campaña correntina.

Fue en este último lapso en que aparecieron las primeras creaciones populares, anónimas, a las cuales se hizo referencia en notas anteriores, publicadas en forma sucesiva. De entre esas piezas, fueron mencionadas las más conocidas: “El carau”, “La caú”, “La llorona” y “Fierro punta”, además de las composiciones recreadas en base a motivos populares “Lamento correntino” y “Ajhá potama”.

También, en la nota de esta columna difundida el domingo pasado, se efectuaron diversas reflexiones en torno de “Cordiona llorona”, otro chamamé de auténtico cuño folklórico que se ha ido extinguiendo, así como su relación con otro tema del mismo nombre registrado por Ramón Estigarribia y Constante Aguer, y con el chamamé “¿Por qué te fuiste?”, de Tarragó Ros y Porfirio Zappa.

Todas aquellas piezas, las citadas en primer término, pertenecen al período de la creación anónima, al igual que los motivos musicales en los cuales se basaron las mencionadas recreaciones. Es decir que se desconocen los nombres de los autores.

Dicho período – según ya se ha dicho – culmina hacia fines de 1930. Entonces, comienza el período de la creación con registro, el que continúa hasta la actualidad. Aquí, contrariamente a lo que sucedía en la etapa anterior, los realizadores son conocidos, porque, además, su producción es registrada en la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC).

Precisamente, en SADAIC fue registrado hacia fines de 1930, la pieza “Corrientes poty” (“La flor de corrientes”), en la cual se inscribió por primera vez la palabra “chamamé” como identificatoria de una especie musical. En efecto – como deben recordar los lectores de esta columna – aquella pieza fue calificada como “chamamé correntino” y grabada por Samuel Aguayo y “su Tribu”, el 11 de febrero de 1931.

EL AUGE CHAMAMESERO

De ningún modo es ocioso repetir que no se trata, aquí, de reiterar los aspectos polémicos en torno del momento histórico en que le fue impuesta la denominación de “chamamé” a este ritmo de auténtica e indiscutida raíz folklórica. Sin quitar importancia a la identificación de la especie, lo último – esto es, la autenticidad – es lo que cobra mayor relevancia; y a favor de lo que es el chamamé, habían muchos testimonios de antigua data.

También hacia 1930, el ritmo chamamesero (o de la polca, “polquita correntina” o “ramada güi”) se había desplazado ya desde su “cuna”, la campaña correntina, y ocupado el espacio natural que le corresponde legítimamente, por su raíz: la región Nordeste. Debe quedar en claro que fue el paisano correntino, en su propio medio, en su geografía, el que se convirtió en el “crisol” del que surgiría esta especie que resume las tradiciones más puras de esta parte del país. Fue el correntino, igualmente, el que llevaría su música a distintos lugares de la región, en los que se la aceptó y asimiló, porque había un campo fértil, sustentado en la sensibilidad heredada de los guaraníes.

Desde principios de la década del 30, asimismo, empezaron a llegar a Buenos Aires los intérpretes convertidos en profesionales. Les guiaba, además de la búsqueda del éxito personal – obviamente – la posibilidad de lograr un mayor espacio para la divulgación de esta especie musical y de otros ritmos del género. Y ello sólo era posible – en gran medida es así, todavía – desde ese gran centro de difusión nacional que es la Capital Federal.

A partir de ese momento, la música chamamesera inició una etapa que, poco a poco y no sin esfuerzos y sacrificios, se caracteriza por su aceptación cada vez por una mayor cantidad de público. No obstante, debía llegarse a la década del 50, casi un cuarto de siglo más tarde, para que el chamamé experimentara esto que podría llamarse su “segunda consolidación”, esta vez como ritmo reconocido en todo el país.

Importa hacer notar que la calificación del período de la creación con registro, que se aplica a la etapa que arranca a fines de 1930, no significa de ninguna manera que haya cesado por completo la labor creativa de los artistas populares anónimos, centrada en la actividad que desarrollan músicos, copleros y poetas de la región. Suponer que ha terminado tal labor creativa, sería lo mismo que considerar que el pueblo – que es el inspirador y receptor de la obra de los autores y compositores que interpretan a ese pueblo – ha dejado de soñar, de amar, de sufrir o, en fin, de experimentar todas aquellas sensaciones propias del hombre, que lo caracterizan como ser humano, precisamente.

CARLOS CORREA



21 de Diciembre de 1980 – Diario El Territorio

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1/09/1982: Conferencia "El Sindicalismo Argentino". Carlos Correa.
Quién es Carlos Correa
Nació en Posadas cuando en la Catedral daban las doce campanadas de un mediodía del mes de Noviembre de 1939.
Fueron tantas las actividades que desarrolló que resulta muy difícil resumirlas: periodista, sindicalista, militante político, docente, etc. Pero sobre todo, un profundo conocedor de su región misionera, sus costumbres, su música, sus bailes, es decir, de la cultura regional en sus distintas manifestaciones.
Después de tanta lucha, partió a "la Tierra sin mal" el 28 de Marzo de 2012, dejando una huella trascendente en nuestra historia.
Los aportes que brindó con sus conocimientos, pero sobre todo con su gran humanismo, me impulsan a crear esta página para transcribir -en parte- sus notas publicadas, la mayoría en "El Territorio" de Posadas, con el propósito de que les sea útil a quien las necesite, pues siempre fue muy altruista y generoso en enseñar lo que sabía.

Alba
Los cuarenta años de amor que vivimos en pareja con Carlos Correa, tantas actividades que encaramos juntos, la amistad y comunión de ideales que nos unieron me impulsan a concretar este sueño de compartir con los demás, aunque más no sea, una parte de su saber. Alba Rosabel Melo.

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