“CORDIONA LLORONA”: ¿POR QUE TE FUISTE?

Quienes han pasado ya, como mínimo la “barrera” de los 40 años, deben de recordar – si son afectos a la música regional o sí, simplemente, fuerzan la memoria – aquella vieja composición que comenzaba con estos versos: ¿ Que es lo que te pasa / cordiona de casa / que ya no se escucha / tu alegre sonar…? Y que continuaba con otras coplas de factura similar y que, igualmente, denunciaban su indudable origen popular.

Se trataba de “Cordiona llorona” y los más viejos aseguran que había distintas versiones aunque todas ellas giraban sobre mismo motivo: el cariñoso reproche del paisano a su acordeón que, seguramente por el intenso uso, se encontraba “cansado” que sería igual a deteriorado.

Esta pieza alcanzó una divulgación de tal magnitud, entre los años 30 y principios del 40, que no faltó algún ocurrente que reemplazó los citados primeros versos por una copla con expresión de grueso calibre irreproducibles. Y esto es algo que muchos han de recordar, asimismo, por cuanto era habitual escucharlo n los sitios más distintos y distantes.

No puede llamar la atención la sustitución parcial o total del texto de una pieza de gran aceptación, dado que ello suele suceder con frecuencia. Más aún se observa ese fenómeno en las composiciones producto de la creatividad popular, anónima.

Algunos aseguran que el tema fue rescatad por Ramón Estigarribia, aquel legendario acordeonista de los primeros tiempos de la profesionalización de los intérpretes, más conocido por “El Yaguareté”, quien lo incorporó a su repertorio. Estigarribia fue el creador de una de las modalidades definidas en la interpretación de la música chamamesera: el denominador “estilo campiriño”, al cual, después, Tarragó Ros le dio la jerarquía y trascendencia necesaria como para identificarlo con su propia personalidad.

CURIOSIDAD

La música de “Cordiona llorona” es muy parecida a la de ”¿Por qué te fuiste?”, conocido chamamé registrado a nombre de Tarragó Ros y Porfirio Zappa. Pero la letra – escrita por Zappa – tiene diferencias y ocasiona, asimismo, el cambio del motivo original, en alguna medida.

En efecto, según el texto elaborado por el desaparecido poeta popular correntino, la tristeza del acordeón se debe al alejamiento de un ser querido que, con seguridad, se trata de una “guaina” del relator. Es así que una de las coplas dice: “Desde que te fuiste / lloró mi cordiona / la de dos hileras /quedó rezongona…”

En cambio, el motivo original se mantiene en otro chamamé, titulado justamente “Cordiona llorona”. De igual modo, posee una melodía muy parecida a la del anterior, pero el tema ha sido registrado por Ramón Estigarribia, como responsable de la música, y Constante Aguer, de la letra. Aquí, la primera copla dice: “¿Que es lo que te pasa / cordiona llorona/ que cuando te toco / tan solo llorás…?

Resulta significativo que los versos siguientes no se hallen ordenados en cuartetas, que es la forma habitual de de composición de los letristas. A este respecto, Marily Morales Segovia hace notar que “las composiciones poéticas que acompañan a la música del chamamé, son generalmente realizadas en cuartetas…”("El Chamamé" ediciones de la Universidad Nacional del Nordeste).

Ese detalle es más llamativo en un trabajo de Constante Aguer (letrista de Kilómetro 11”), quien no pudo dejar de observarlo.

Para mayor ilustración, cabe transcribir los versos que siguen a la consignada primera copla:

¿Donde la alegría
Recuerda los tiempos
Que juntos soñamos
Bailes, serenatas,
Que no he de olvidar,
Juntos esta noche
No te alegran más?
Oye la guitarra,
Tu fiel compañera,
Con sus bordoneos
Te quiere alegrar;
Olvida las penas,
Deja las tristezas,
Vamos a cantar.
¿Por qué es que los bailes
De antaño dejaste?
Es que ya de vieja
Te encuentras cansada
¿o es que no me quieres
Más acompañar?

En fin, el lector tendrá que extraer sus propias conclusiones, en base a las reflexiones que se vuelcan aquí y a los elementos de que disponga cada uno.

En tanto queda por decir que aunque, cuando menos hay una versión más, también grabada, lo cierto es que la pieza popular, anónima, prácticamente ha perdido vigencia y hoy sólo el chamamé de Tarragó Ros y Zappa trae reminiscencias de aquella vieja composición, la cual, aún en la actualidad, se le suele agregar la copla irreproducible que se le ocurrió a algún ingenioso cantor cuyo nombre no quedó registrado.